La pregunta sobre la existencia de cultura en sociedades no humanas ha sido un tema controvertido durante
décadas, debido en gran parte a la inexistencia de una definición precisa de
cultura. Sin embargo, muchos científicos están de acuerdo con la definición de
cultura como un proceso, en lugar de como un producto final. Este
comportamiento puede compartirse entre un grupo de animales, pero no
necesariamente entre grupos separados de la misma especie.
Esta capacidad tiene una base neurológica; depende de la evolución de cerebros más grandes y más complejos y de especies más «inteligentes».
Muchas especies no humanas son lo bastante inteligentes para poseer
tradiciones rudimentarias. Las aves canoras, por ejemplo, tienen cantos
tradicionales que varían de una población a otra dentro de una misma especie;
muchos animales siguen rutas hacia determinadas charcas o pastos durante
generaciones; otros emigran a lugares de nidificación tradicionales.
En todas las especies animales se observan pautas de
conducta específicas y repetitivas, que se llevan a cabo de manera autómata.
Sin embargo, varios expertos han demostrado comportamientos reflexivos y
exclusivos en chimpancés, orangutanes, delfines y ballenas. En particular, los
etólogos han venido observando una serie de pautas muy particulares y propias
de grupos y clanes de chimpancés. Los expertos han calificado estas pautas como
una verdadera cultura propia de nuestros parientes vivos más próximos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario