El problema es que este modelo funciona muy bien en servicios donde el factor precio es decisivo para el cliente, y es muy difícil mantener la rentabilidad de este tipo de servicios a largo plazo. La crisis ha hecho que muchas empresas se replanteen el modelo de negocio. Renunciando cada vez más al producto standard por el producto exclusivo y diferenciado
Otro factor influye el cambio de modelo. Gracias a los dispositivos móviles, el turista es cada vez más conectado, buscando y compartiendo información en todas las etapas del viaje, lo que hace cada vez más difícil para las empresas turísticas controlar a sus clientes.
No es que la “mcdonalización” desaparece, ya que las empresas siempre buscarán tener esas ventajas del modelo y hay mercado para este tipo de producto. Pero para llegar a un tipo de público que es menos sensible al precio en sus decisiones de compra de viajes, las empresas tendrán que renunciar a una parte de la previsibilidad y del control. Hay turistas que están dispuestos a pagar más por experiencias únicas que ellos pueden modelar y en las que pueden participar.
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